martes, 30 de octubre de 2012

:: Mi experiencia BI con la chica LES ::


Soy heterosexual.
Soy heterosexual.
Soy heterosexual.
- El mantra de las heterocuriosas arrepentidas-

Hace muuuucho tiempo, tanto que no he sacado las cuentas exactas, me invadió una curiosidad que no pude frenar.
Una curiosidad peligrosa sobre el hecho de fantasear reprimidamente con alguna chica semidesnuda.

Confieso que el solo hecho de pensar en el morbo de una situación como esa me ponía a mil por hora. Pero al segundo después me empezaban los cuestionamientos y los terribles pensamientos sobre lo malo que es eso, que sucio es fantasear con alguien de tu misma condición, no es normal.
-¿Qué iba a decir mi mamá?-

Finalmente eché por tierra cualquier pensamiento pecaminoso que no incluyera a un macho viril y sudado, icono de la reafirmación de mi heterosexualidad indiscutida.
Sólo que en realidad, no contaba con que mi propia inconsciencia delataría mi más profundo secreto.
-Nota.: Nunca mezclen alcohol en exceso si no pueden controlar ciertos impulsos.-

Les contaría detalladamente como conocí a una chica "Les" que me encantó desde el momento que la ví, de como la seduje y me la llevé a la casa para experimentar esas cosas prohibidas que tanto me llamaban el instinto. Pero la verdad no me acuerdo.
Lo que pasó es que me curé como si el mundo se fuera a acabar, y cuando desperté en la mañana... -la historia se vuelve predecible- estaba en mi cama, desnuda, acompañada de una mujer también desnuda y que olía a shampoo de frutillas.

Podría decir que ya consciente me atreví a experimentar esas cosas deliciosas que imaginaba mi mente ya con materia dispuesta para mis antojos. Pero no. La realidad es que me corté entera, no sabía qué decirle, pensé que se iba a ofender y que la había cagado al máximo. Ni siquiera sabía como se llamaba.
- QUE Vergüenza-
Pero sin embargo ella me miró cariñosamente y entendió todo.
Quizás cuántas heterocuriosas habían estado por allí antes.

En resumen, después de tan confuso incidente nos dimos tiempo de conocernos y ahora sí, en conexión con mente y cuerpo, decidimos salir por un tiempo hasta que se dio una pseudo relación que duró 3 meses.

Si me preguntan, fue la experiencia más extraña que he tenido en la vida.
La que más he disfrutado y a la vez odiado, no por el hecho de estar con una chica Les, sino por el hecho de que ella era una celópata compulsiva.

Aprendí que estar con otra persona es estar sin condición de sexo, que por dentro somos todos iguales y llevamos los mismos sentimientos. Puede que la sociedad nos condicione a reprimir nuestros deseos de experimentar o de enamorarnos de un par de género, pero estando con ella entendí que los prejuicios no valen nada.

Pero aún así -no por condicionamiento, ahora estoy segura- prefiero a los hombres más que a las mujeres.

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