viernes, 29 de junio de 2012

:: Explícame, por favor. ::


Los últimos días de Febrero te vi parado en el andén 1 con tu mochila a la espalda y una guitarra en la mano. 
Se supone que pasaríamos dos días juntos, pero por nada dormiríamos en la misma cama. Habíamos hablado unas dos semanas antes al respecto. Sólo la buena onda, tu y yo en Valparaíso en el fin del verano.



Empezamos tomando cerveza con absenta, como a la 1 de la madrugada me quisiste besar. ¿Te acuerdas? 
al final me agarraste en un semáforo y tuve que correr para que no pudieras alcanzar mis labios, yo estaba muerta de la risa. 
Se supone que ambos iríamos a bailar y después volveríamos al hostal, donde no encontramos otra habitación que no fuera con cama matrimonial. Forzosamente dormiríamos juntos, pero tu y yo de un extremo a otro.
Lo recuerdo perfectamente, bailábamos Morrisey en el Máscara tomando cerveza, estaba llenísimo!
Nos miramos, me agarraste y pusiste tus labios sobre los míos... seguido de tu lengua curiosa allanándo mi boca a su antojo, yo te dejé. Y no nos separamos más.
¿Te acuerdas de ese fin de semana en Valparaíso?
Cuando caminábamos por Pedro Montt, Anibal Pinto, Condell, la plaza Sotomayor?
Las veces que nos agarramos de las manos y abrazamos en la mitad de la calle, o cuando me compraste un York en el kiosko (yo la santiaguina que no había salido nunca de la R. Metropolitana)
Todas esas veces en que pasaste por mí al terminal, cuando no nos levantábamos o teníamos que salir apuraditos antes de que nos echaran del hostal, o esas veces en que nos fuimos a matar la tarde a la playa de Viña del Mar, o cuando ibamos a esos "cafecitos ricos" del cerro alegre dónde la última vez que fuimos nos agarró la lluvia en mala, y llegamos todos mojados a tomar chocolate...

En el fondo, quiero pedir disculpas públicas a esa persona de la que hablo, a la cual le rompí el corazón de la peor forma. Siempre tendré los mejores recuerdos de nuestra relación, para siempre. Recuerdos intensos marcados con fuego en mi piel.

Hasta siempre Negro. Sé feliz.

1 comentario:

  1. siempre tuviste el don de la palabra hasta que no pudiste ocultarlo más, no te perdonaré jamás (porque no creo en dios, soy mi propio dios y puedo perdonar o no) pero te entiendo.

    se que hoy eres feliz, me alegra saberlo y espero a el no le hagas lo que me hiciste a mi.

    ResponderEliminar