martes, 1 de enero de 2013
:: Feliz Convivencia ::
Todo empezó con un cepillo de dientes en el botiquín. Luego siguió un poco de ropa olvidada en su casa para no andar con tanto bulto cuando me quedaba.
En un dos por tres ya pasabamos 4 de los 7 días juntos, y cuando nos dimos cuenta yo ya iba a mi casa de visita 1 día a la semana.
Convivencia: Aún pienso en esa palabra como en algo terrible. Algo de lo que hay que huir pavorosamente antes de que la rutina nos consuma por completo.
Y es cierto. Es así. Sólo que ahora he comprobado que la cotidianidad es necesaria para establecer ciertas rutinas y lazos. Así me pasó y me pasa todos los días cuando me acuesto y me levanto con un ser humano que aprendo a conocer minuto a minuto, que me sorprende en las mañanas con su cara de sueño o en cualquier momento con sus risas espontáneas y sus "Te Amo" a flor de labios.
En el fondo, es una mezcla rara que se da en nuestra convivencia llena de amor y que por ningún motivo nos aburre, aunque es claro que el hecho de hacer todos los días lo mismo puede ser peligroso.
¿Cuál es la clave para una relación de convivencia exitosa?
Yo diría que es la comunicación.
Cuando te comunicas con el otro definitivamente la cotidianidad se rompe de algún modo, porque todos los días nos pasan cosas diferentes. Eso matizado con un toquecito de cariñitos hace milagros.
En lo personal, aunque llevo poco tiempo viviendo una "rutina" debo decir que la experiencia me ha enriquecido profundamente. Nunca antes me había pasado, sentir una sensación tan rica al estar con otra persona prácticamente a todas horas y seguir queriendo que el día sea más largo para poder disfrutarla sin culpas, ni la preocupación de saber que al día siguiente estarás muriendo de sueño si al acostarse las manos empiezan a curiosear bajo las sábanas.
¿A alguien más le pasa?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)